jueves, 2 de agosto de 2007

Vampiros (Introducción)


Según la leyenda popular, cadáver que sale de la tumba durante la noche, a menudo en forma de murciélago, y succiona la sangre de las personas dormidas para alimentarse. Se supone que determinados talismanes y hierbas alejan a los vampiros que, según la tradición, sólo pueden ser destruidos por cremación o clavándoles una estaca en el corazón.

La creencia en los vampiros se remonta a la antigüedad y estuvo muy extendida entre los eslavos. Cobró gran impulso con la novela Drácula (1897) del escritor irlandés Bram Stoker cuenta la historia del conde Drácula, un vampiro de Transilvania, que se convirtió en uno de los personajes más famosos de las películas de terror. Stoker se inspiró en el príncipe Vlad Tepes Dracul, quien reinó en Valaquia (y no en Transilvania) entre 1456 y 1474.

Fue famoso por las sangrientas campañas que emprendió, primero contra los saxos y luego contra los turcos. En una batalla contra estos últimos empaló unos 5000 cuerpos como parte de una guerra psicológica. El nombre Dracul tiene su origen en la pertenencia del príncipe a la orden de los Caballeros del Dragón, cuyo símbolo era la cruz aplastando a la serpiente con alas y garras y llamas exterminadoras que salían por las fosas nasales.

La creencia en vampiros se agravó durante la época de persecución inquisitorial, en donde acababan con una estaca clavada en el pecho a golpes de martillo o en el caso de los HOMBRES-LOBO con una flecha con punta de plata, todo rociado con abundante Agua Bendita y Crucifijos por doquier y muchas otras técnicas para repelerlos.

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